El tiempo que emplea un artista para ejecutar su obra es un tiempo nuevo, otra oportunidad de vida, otra oportunidad de demostrar la belleza de la vida. La obra artística es el signo de ese flujo de tiempo. La cantidad de signos es relativo al espíritu del artista; una novela, una palabra, un símbolo pueden ser suficientes para el espectador. El objetivo del artista es emplear su tiempo para crear belleza. Justificar su naturaleza con la naturaleza de la vida. El objetivo del espectador es el de captar esa belleza. Todos somos artistas y espectadores a la vez, pues nuestra sensibilidad es propensa a captar y ofrecer belleza, ya que sin belleza no hacemos nada. Nereida ha trabajado durante 4 meses objetos solitarios: ventanas tapiadas, algunas máquinas para sentir, vestidos para muñecas, series de dibujos, y en todas un signo en común: el hilo como tiempo de vida. Y así como el hilo muchos otros signos que conjugados en cada serie llevan a espectador a hacer un recorrido en sus recuerdos, en sus juegos, juegos con los que hemos aprendido a ser. Podemos establecer metáforas entre el árbol y el ave, entre los vestidos y el corazón, entre las nubes y las semillas. Este viaje introspectivo nos enseña a vernos en el presente para arrancar de nuestro interior el velo de la nostalgia y así poder empezar un juego eterno e intimista con los signos y la naturaleza. De esta manera se desarrolla su exposición individual “Sin la Rosa No Hacemos Nada”[1], ofreciendo una nueva oportunidad para descubrir el propósito del arte como ciencia de la libertad[2].
Raúl Chuquimia Ramos
Artista Plástico.
[1] Joseph Beuys, “Ohne die Roose tun wirs’s nicht”, 1972
[2] Joseph Beuys, Documenta de Kassel, 1974
